Todas las personas estamos expuestas y compartimos energías con nuestro entorno; esas energías pueden convertirse en un motor de crecimiento y de iluminación, pero también pueden ser energías de bloqueos y de oscuridad.
Para lograr equilibrar y mantener limpio nuestro espacio energético, es fundamental, al menos una vez al año, hacer un buen tratamiento de limpieza, alineación y protección.
Limpieza: Es el proceso a través del cual vamos clarificando la energía, buscando sanidad espiritual para vivir altamente motivados y para abrir caminos de bienestar y prosperidad, frente a la naturaleza, como principal proveedora, pero siendo también dueños de nuestras decisiones y acciones. La limpieza se puede hacer con rituales sencillos pero poderosos que próximamente dejaré por aquí.
Alineación: Reactivar nuestros dones naturales para sacarle el máximo provecho y generar crecimiento en todos los aspectos es muy importante. La alineación espiritual nos regresa a nuestro origen para conseguir superar aquello que nos ha detenido y continuar el camino con herramientas que nos fortalecen y los alejan de los daños, de los enemigos y de los problemas. Cuando se hace limpieza, se procede a alinear con elementos propios de la naturaleza y por los cuales pueden preguntarme a través del chat o de llamada, consultas que atenderé de manera personal.
Protección: Cuando se ha hecho la limpieza y el proceso de alineación, se protege para cuidar los caminos y para evitar que las energías negativas dañen nuestros planes, nuestros proyectos y nuestra vida. Una buena protección nos mantiene siempre vibrantes y es una gran ayuda para que podamos conservar la salud y lograr los objetivos que nos planteamos durante todo el año.